Caza del corzo: claves y trucos
Abril es el mejor mes para la caza del corzo.
Estas semanas de principios de primavera, tan propicias para los
recechos y esperas al ‘duende’, coinciden con la finalización del
marcado de los territorios por parte de los machos dominantes.
Normalmente eligen las lindes de caminos, siembras o arroyos para
definir sus fronteras, y éstas suelen permanecer estables durante años,
así que cada temporada podremos encontrar a los
corzos en
los mismos lugares o a otros que han ocupado el territorio libre. Por
eso este mes, si perdemos una ocasión, no debemos desesperarnos porque
¡seguro que se presentará otra!
Cierto es que cada día somos más los que dedicamos nuestro tiempo a la
caza del corzo,
y por ello cada día hay más aficionados que necesitan empezar por el
principio. Para ellos y para todo el que guste, hoy damos un repaso a
las claves de la caza de este
cérvido. Además, te invitamos a ver los vídeos de corzo que hemos seleccionado para que disfrutes un poco más de la caza del ‘
duende del bosque’.
1 Estudiar el terreno:
Los

corzos
son unos animales territoriales desde que descorrean hasta después del
celo. Eso hace que cada macho se sitúe en un territorio concreto que no
abandonará bajo ningún concepto si no es obligado. Conocer ese territorio nos va a permitir saber dónde encontrar a cada macho.
También es muy importante dejar que sean ellos mismos los que se
muestren, por ello debemos movernos lo menos posible y ser muy
sigilosos. Los machos que toman un territorio por primera vez, van a
marcar mucho más que los machos que repiten territorio. Tal es el
frenesí a principios de abril, que muchos de ellos en lugar de huir al
escuchar un ruido, se te vienen encima ladrando.
2 Localizar al corzo:

Algunos trucos para saber localizar en nuestro acotado las querencias
del ‘duende’, y consejos para, una vez hallados, no fallar en la
aproximación al corzo. Este animal deja muestras de su presencia, que nos pueden
ayudar en la localización de un ejemplar. La mejor forma de
conocer su presencia es el avistamiento, pero existen otros signos
externos que nos ayudarán a detectarlo:
2.1 Rascaderos, huellas, deposiciones...

Los
rascaderos son uno de los indicios que nos marcarán la presencia de un macho, en forma de
señales olorosas que dejan a otros machos para indicarles que ese
territorio ya tiene dueño. Otro indicativo de la presencia de corzos son las
deposiciones fecales,
debiéndolas buscar en sitios como los bordes de las siembras y de los
prados. Estas deposiciones, además, nos podrán dar una idea aproximada
sobre
el tamaño del corzo. Un factor que también nos ayudará es la
localización de sus
huellas;
dependiendo del número de ellas y de su tamaño podremos deducir la
frecuencia de su presencia y la dimensión aproximada.
3 El equipo:

Tan
importante como tener nuestro rifle puesto a tiro es, salir al campo
bien pertrechados de un equipo mínimo. Lo fundamental es llevar unos
buenos
prismáticos, ya que con ellos podemos ver sin
ser vistos. A veces sólo vemos una parte del animal entre la maleza, y
eso sólo es posible con la ayuda de una óptica de calidad. Por supuesto,
llevaremos el conjunto
rifle-visor a punto y una buena
vara para
disponer de un buen apoyo a la hora de tirar (aunque esto pueda parecer
un engorro, es más lo que ganamos que lo que perdemos al no llevarla).
El resto del equipo es filigrana y adorno. Por supuesto, todo lo que
llevemos en la mochila nos puede resultar útil, pero no esencial.
3.1 Armas para el corzo:
- Para cazarlos en
batida es recomendable usar cualquier arma que sea buena para este menester:
• Escopetas del calibre 12
• Rifles semiautomáticos
• Rifles express o de cerrojo, etc.
- Para la
caza a rececho o en espera la cosa
cambia. Mientras que los tiros en batida pueden ser a corta distancia y
puede tener sentido el uso de escopeta, en los recechos las condiciones de tiro son muy variables, por lo que habría que utilizar rifles y calibres adecuados para nuestro objetivo.
• Rifles de cerrojo
• Rifles monotiro
• Rifles semiautomáticos
3.2 Cuidado con el aire y los ruidos durante el rececho
El corzo es un animal que posee un olfato y un oído muy buenos, de forma
que es vital estar constantemente pendiente de la dirección del aire y
de sus posibles cambios.
Tendremos que agudizar nuestro ingenio y procurar ir por los
sitios en los que se haga menos ruido, evitando al máximo las zonas
boscosas, en donde la profusa vegetación y los restos de hojas y
ramas que se encuentran en el suelo delatarán nuestra presencia a una
gran distancia.
Recordamos que no se puede recechar con poca visibilidad.
En bosque cerrado es casi imposible recechar, y
lo primordial es buscar un sitio querencioso, ya que no por mucho andar vamos a conseguir mejores resultados.
4 El lance:

Lo primero que debemos saber es lo que realmente buscamos.
Así decidiremos si tiramos a lo que tenemos delante o no. Hay algunos
que se conforman con cualquier ejemplar y otros que sólo buscan grandes
trofeos. En cualquier caso, lo que debemos tener claro es: ¿qué es lo
que podemos esperar del
coto en el que nos
encontramos?. Después hay que saber si el animal no nos ha visto y
mantenernos lo más en silencio posible sin hacer ningún movimiento. A
partir de ese momento recortamos distancia si lo consideramos necesario y
esperamos el mejor momento para tirar, que suele presentarse cuando el
corzo está completamente de lado y en pie. Si entre el animal y nosotros
hay más de 150 metros, hay que intentar recortar distancia. Lo mismo
ocurre si estamos a menos distancia pero no tenemos apoyo suficiente
para asegurar el tiro. A partir de 80 metros cada milímetro que
recortamos puede ser un riesgo innecesario. Y siempre tener la cabeza
fría y saber cuáles son los puntos vitales del corzo. El triángulo
formado por el corazón, los pulmones y el hígado es el blanco ideal,
pero su tamaño es pequeño, así que hay que meditar bien cada disparo
antes de realizarlo.
5 El trofeo:

Para saber si un trofeo es bueno a primera vista, hay que mirar el bulto entre las orejas. Pero donde gana puntos un buen corzo
es en el grosor y perlado del primer tercio de la cuerna: lo que está
entre oreja y oreja. Si vemos que esa zona es masiva y con buen perlado,
el trofeo tendrá puntos, mientras que si es fina, será bonito, pero
difícilmente tendrá buena puntuación. En cuanto a la edad de lo que
tiramos en el campo, tendremos que diferenciar entre tres clases de
corzos: los machos de primer año, los machos de segunda cabeza y los
machos adultos, que serán los que presenten unos cuerpos ya macizos y
con cuellos de cierto grosor. A veces presentarán buenas cuernas y otras
no tanto.
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